Las Damas de la

emperatriz Alejandra


La princesa Alejandra, por Winterhalter (1850).
La princesa Alejandra, por Winterhalter (1850).

Alejandra de Sajonia Altenburgo (1830 - 1911), fue una princesa de la Casa de Sajonia-Altenburgo por nacimiento, y emperatriz consorte de Quito entre 1854 y 1892 por su matrimonio con Antonio II.

 

Como consorte del heredero, y según lo estipulado en el Ceremonial que había redactado su suegra años atrás, Alejandra tenía derecho a contar con un séquito de tres damas: una de honor y dos llamadas "de Compañía". Aunque no se apresuró a escoger a las segundas, pues deseaba que fuesen muchachas quiteñas de su entera confianza y por ello se dio el tiempo de conocer candidatas.

 

En lo que respecta a la Dama de Honor, este puesto fue asignado por recomendación de la madre de Alejandra antes de que la princesa viajara a Quito, y recaería de por vida en su hermana Teresa de Sajonia-Altenburgo. Con siete años de diferencia entre ellas, Teresa fue enviada por sus padres debido a que aún era soltera y su correcta educación y modales impecables sin duda servirían de guía a la aún adolescente futura Emperatriz quiteña.

 

Por otra parte, apenas instalada en el Palacio de El Deán, y en una de las recepciones de bienvenida que ofrecieron en su honor, Alejandra conoció a Isabel de Valdivieso y Carcelén de Guevara, una muchacha de su misma edad con la que se entendieron de maravilla y que para su suerte resultaba ser prima directa de su esposo, por lo que su amistad recibió el beneplácito de su suegra, y cuando Alejandra le solicitó que se convirtiera en su Dama de Compañía, esta aceptó de inmediato.

 

Finalmente, el puesto restante de Dama de Compañía le fue ofrecido a Leonor Klinger Serrano, hija menor del Duque de Barbacoas y uno de los hombres más ricos del país, por lo que la amistad nacida tras un viaje a varias haciendas de Imbabura también resultaba política y económicamente beneficiosa para la Corona quiteña. Alejandra se haría acompañar de estas tres mujeres hasta su propia muerte en 1911, ya como Emperatriz viuda, siendo sus amigas y confidentes más íntimas.

 

Cuando en 1854 se convirtió en Emperatriz y el Ceremonial le asignaba dos Damas adicionales, Alejandra escogió a mujeres de la alta sociedad quitburguesa con quienes había compartido casi a diario durante su etapa de Princesa, pero que a pesar de ello no consideraba amistades íntimas: Avelina de Ascázubi, hija del Duque de Maenza; y María de Chiriboga, hija del Duque de Colta. Estas dos nuevas Damas también permanecerían en el séquito de por vida, la primera hasta su muerte en 1873, y la segunda hasta que que Alejandra enviudó y dejó de ser Emperatriz en 1892, luego de lo cual se mantendría cerca como su amiga personal.

Teresa de Sajonia-Altenburgo, por Francesco Hayez (circa 1852).
Teresa de Sajonia-Altenburgo, por Francesco Hayez (circa 1852).

Dama de Honor

  • Teresa de Sajonia-Altenburgo (n.1823 - f.1915) Altenburguesa, Princesa de Sajonia-Altenburgo y hermana de la Emperatriz. Duquesa consorte de Vallelister por su matrimonio con Roberto Wright y Rico.

 

Damas de Palacio

  • Isabel Valdivieso y Carcelén de Guevara (n.1831 - f.1904) Quitburguesa, hija segunda de la princesa María Rosa Carcelén de Guevara y por tanto prima del emperador Antonio II, condesa titular de Monteolivo y marquesa consorte de Guaíva por su matrimonio con José Javier Eguiguren.
  • Leonor Klinger Serrano (n.1827 - f.1899) Quitburguesa, hija del Duque de Barbacoas y marquesa consorte de Villarosa por su matrimonio con Juan Aguirre.
  • María de Chiriboga y Fernández-Salvador (n.1833 - f.1899) Quitburguesa, hija del Duque de Colta y baronesa consorte de Villoslada por su matrimonio con Luis Fernández-Salvador y Gangotena.
  • Avelina de Ascázubi y Matheu (n.1832 - f.1873) Quitburguesa, hija del Duque de Maenza y duquesa consorte de Miravega por su matrimonio con José María Lasso de la Vega y Aguirre. Murió como parte del séquito, fue reemplazada por:
  • Mariana del Alcázar y Ascázubi (n.1837 - f.1902) Quitburguesa, marquesa consorte de Villacortés por su matrimonio con José María de Sucre y Cortés, hijo ilegítimo del emperador Antonio I.